Un cambio necesario: ¿por qué renovamos nuestra identidad?

Después de décadas con la misma imagen, en Baudo decidimos dar un paso hacia adelante. No fue por moda ni capricho, sino por una necesidad real de actualización.

Durante mucho tiempo, la identidad visual de Baudo fue la misma. Y aunque nos representaba, sabíamos que había quedado anclada en otra etapa. Con los años fuimos incorporando nuevas tecnologías, ampliando rubros y creciendo como empresa. Pero afuera, nuestra imagen seguía contando una historia incompleta.

El cambio no vino de un impulso ni de una urgencia estética. Lo pensamos, lo discutimos y lo trabajamos con un objetivo claro: que lo que mostramos esté a la altura de lo que hacemos. No se trata solo de un logo o una paleta de colores distinta. Es una forma de ordenarnos, de comunicar mejor y de proyectar hacia dónde queremos ir.

También entendimos que, para abrir nuevos canales de comunicación, especialmente en redes y plataformas digitales, necesitábamos una identidad más versátil, legible y coherente. Que funcione tanto en una etiqueta como en una historia de Instagram, sin perder el sentido.

El nombre “Baudo” resume lo esencial: una trayectoria familiar, la continuidad del trabajo y la proyección a futuro. Elegimos conservarlo así, sin más añadidos, como un símbolo de confianza y cercanía.

Sabemos que el cambio puede generar cierto extrañamiento al principio. Pero estamos convencidos de que este paso era necesario para seguir creciendo sin perder nuestras raíces. Porque si hay algo que no cambia, es el compromiso con lo que hacemos. Y ahora, por fin, nuestra identidad también lo dice.