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¡Cumplimos 80 años!

  • Foto del escritor: NATALIO BAUDO E HIJOS SRL Baudo
    NATALIO BAUDO E HIJOS SRL Baudo
  • 16 jul
  • 2 Min. de lectura

En marzo de este año se cumplieron ochenta años desde la fundación de la empresa en 1945. De fabricar múltiples para la labranza a crear el mejor molino de viento del país. Conocé cómo llegamos hasta acá.

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Baudo nace oficialmente de la mano de Natalio Baudo y su hermano José, en marzo de 1945. Los primeros productos fueron un múltiple para labranza, un recolector de cereal para cosechadoras de arrastre y un modelo de moledora. No fue hasta tres años después, en 1948, que se lanza el primer modelo de molino de viento. La rueda de los primeros molinos medía 9 pies. Una curiosidad es que se fabricaban con diferenciales de automóviles y que las piezas se fundían en la ciudad de Rosario.


En 1948 dimos uno de los saltos más importantes: comenzamos a fabricar molinos de viento. Los primeros se hicieron con diferenciales de automóviles y todavía hoy, aquel primer molino de 9 pies instalado cerca de Sacanta sigue funcionando. Desde ese momento, los molinos se convirtieron en nuestra identidad y nuestra especialidad.



A medida que crecíamos, también lo hacían nuestras ideas. En los años ‘60 desarrollamos un bombeador auxiliar —que aún seguimos fabricando— y construimos nuestra primera planta de galvanizado por inmersión. Más tarde, instalamos nuestra propia fundición de hierro gris, diseñada y equipada por nosotros mismos. Fue el puntapié para comenzar a fabricar máquinas de moldeo, muchas de las cuales siguen siendo únicas en Sudamérica.


Durante décadas diversificamos nuestra producción con bancadas, mazas, separadores de discos, sistemas de freno a disco y hasta kits completos para desmalezadoras. Siempre con el mismo objetivo: facilitar el trabajo del productor rural. Nos expandimos, modernizamos procesos, automatizamos plantas, y llegamos a tener más de 300 máquinas funcionando en simultáneo en nuestras 5 plantas productivas, con una fundición capaz de producir un millón de kilos de hierro por año.


Hoy, desde Sacanta y con la tercera generación familiar al mando, seguimos firmes en nuestra misión. Porque lo que hacemos no es solo fabricar piezas: es continuar un legado. Es pensar soluciones para el campo con la misma pasión con la que empezamos, pero con la mirada puesta en el futuro.


 
 
 

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